En una generación, la Ciencia teórica (física cuántica, física del plasma, etc…) y la Ciencia aplicada (ingeniería, tecnología, informática) han dado un salto enorme, asombrosamente grande. Algo sorprendente si miramos en perspectiva la linealidad y «lentitud» con las que, durante siglos, se han ido desarrollando. Esto da mucho que pensar pero es tema para otro artículo.
Sin embargo, ni está todo descubierto ni está todo desarrollado. Cuanto más se investiga, más nos damos cuenta de nuestra ignorancia. ¿Cómo viajar a distancias inimaginables liberándonos de la «limitación» de la materia y la velocidad? ¿En qué consiste y cómo funciona realmente el universo conocido y el no conocido? Cada vez más la Ciencia, especialmente la Física, la Astrofísica y la Cosmología están sembradas de dudas, de nuevas teorías y de grandes preguntas.
¿Quizás estamos caminando por una vía equivocada?
“No hay mayor fortuna en el mundo, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella… Las Ciencias, cada una siguiendo su propio camino, no nos han causado mucho daño hasta ahora. Pero algún día, la unión de todo ese puzzle de conocimientos inconexos nos abrirá a la realidad y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva era de oscuridad”.
H.P. Lovecraft, 1928
Con una reflexión tan profunda como esta, la comunicación en sí misma puede llegar a ser realmente un desafío. Habitualmente, las mayores dificultades en la comunicación aparecen cuando uno se cuestiona algo que “sabemos” que es verdad.
Cuando nos referimos a un principio subyacente, la seguridad detrás de las ideas preconcebidas puede ser tan fuerte que la discusión acerca del mismo puede parecer no tener sentido. Esta dificultad se agrava por la fragmentación del proceso mediante el cual se reúne y evalúa la información. La especialización de la investigación intelectual conlleva ciertos riesgos cuando las suposiciones en una disciplina se apoyan en suposiciones anteriores en otras disciplinas.
Nadie puede ser experto en todo, y cuando consideramos las posibilidades fuera de nuestra experiencia personal, es natural acudir a lo que aseguran conocer los especialistas en otros estudios. ¿Pero cuáles son las consecuencias de esto cuando las suposiciones teóricas, aunque percibidas como un hecho, no representan nuevos datos convincentes?
Dada la extrema fragmentación de la ciencia establecida en la actualidad, es difícil imaginar poder “correlacionar todos los contenidos”. Aquél “algún día” visionado por Lovecraft todavía es posible, así como que se produzcan avances extraordinarios a través de un nuevo enfoque, uno en el que los fenómenos eléctricos sean el foco de atención que merecen, y se incluya toda la evidencia necesaria y apropiada.
Para algunos, las perspectivas no pueden producir más que incomodidad, tal como auguraba Lovecraft. Pero para aquéllos que buscan instintivamente la unificación de principios, el nuevo y esperanzador horizonte será un verdadero respiro.
Esta introducción representará una nueva “lente de aumento” para poder observar el universo físico, desde las partículas subatómicas hasta la realidad galáctica desconocida antes del telescopio Hubble. El Universo Eléctrico es una respuesta holística a la miopía, la aversión a conocer la existencia de algo. Para aquéllos con la valentía de querer ver con claridad, el necesario “desaprendizaje” de ideas a la moda no conllevará ningún coste real en absoluto.
El terror que visionó Lovecraft es sólo el primer atisbo de incertidumbre, cuando las ideas largamente dadas por sentado son puestas en duda por hechos y simples razonamientos previamente ignorados. El “puzzle de conocimientos inconexos” solamente requerirá que nos enfrentemos a las profundas contradicciones en puntos clave que los expertos han sostenido durante mucho tiempo.
Con la valentía de querer ver con claridad, la aventura bien podría llegar a ser “la fortuna mayor en el mundo”, añadiendo una nueva visión a los más grandes dramas de la historia humana y una perspectiva vital a la situación de la humanidad en el cosmos. Lovecraft no se dio cuenta de que las “perspectivas tan terribles” no son sino un espejismo observado a través de una puerta abierta. La verdad siempre nos proporciona una unificación y, como tal, solamente será amistosa para aquéllos que buscan la verdad ante todo.
Cuando atravesamos la puerta no hay miedo, sino excitación por descubrir.
[ Fuentes consultadas: Thunderbolts.info ]