La Magnetosfera en el Sistema Solar

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Se podría definir «magnetosfera» de un planeta como la región (por encima de la ionosfera en el caso de la Tierra) en la cual el campo magnético posee un control dominante sobre los movimientos de gas y partículas cargadas que se aproximan al planeta, principalmente provenientes del Sol. En el caso de la Tierra se extendería a una distancia de unas 10 veces su radio.

Magnetosfera y viento solar
Representación artística de la interacción entre el viento solar y la magnetosfera de la Tierra

Su tamaño y forma están determinados por la diferencia entre el potencial eléctrico (voltaje) del planeta y el del plasma de las cercanías del Sol. Habitualmente adopta forma de gota, con la zona aguda (cola) en dirección opuesta al Sol. Por esa razón se hace referencia muchas veces a la «cola» de la magnetosfera, o a la «cola» de los cometas (una magnetosfera a mucha menor escala).

Este envoltorio o apantallamiento, que es la magnetosfera, es un plasma que suele presentarse en todos nuestros planetas en el modo de plasma oscuro. Algunas magnetosferas son extremadamente largas, como por ejemplo la de Venus. Tanto que casi toca a la Tierra en los periodos de máxima aproximación. Algo parecido ocurre entre Júpiter y Saturno.

Interacción entre magnetosferas

Cuando un planeta está rodeado de un envoltorio de doble capa (DL), de esa manera está protegido de la interacción eléctrica directa con cualquier cuerpo extraño exterior. Dos planetas cargados eléctricamente, cada uno de ellos rodeados por su envoltorio de plasma está aislado eléctricamente, por lo que no se «ven» eléctrostáticamente el uno al otro. Sin embargo, si un cuerpo con una carga eléctrica diferente atraviesa la DL, dirigiéndose a la plasmaesfera que rodea el planeta, originará interacciones eléctricas (descargas). Por ejemplo, si un meteoro (asteroide, cometa, etc…) pudiera acercarse lo bastante a la Tierra como para traspasar nuestro envoltorio de plasma, podrían producirse violentas descargas eléctricas entre los dos cuerpos.

En el legado documental / arqueológico que nos han dejado algunas antiguas civilizaciones, como Sumeria, se describe con cierto detalle estos encuentros planetarios en nuestro Sistema Solar, de lo cual hablamos en esta web. Sería muy desafortunado, por supuesto, estar situado en ese momento en el lugar de origen de dichas descargas. Sin embargo también es verdad que esta descarga podría destruir el cuerpo intruso y por lo tanto proteger a la Tierra de una colisión desastrosa.

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