Ahora más que nunca, la exploración de nuestro universo estrellado nos asombra, despierta nuestra imaginación y nos hace soñar. Nunca antes el espacio nos había proporcionado tantos descubrimientos asombrosos y tantas líneas de investigación. Gracias a nuevas y revolucionarias herramientas para la observación, podemos “ver” porciones del espectro electromagnético invisibles a nuestro ojo desnudo. Y su visión es realmente espectacular. Imágenes en las franjas electromagnéticas de los rayos-X, infrarrojos, ultravioleta o emisiones radioeléctricas, nos revelan estructuras exóticas o intensos eventos energéticos que redefinen continuamente el objetivo de nuestra misión como un todo.
La interpretación espectrográfica ha ido creciendo de la mano de programas y computadoras cada vez más rápidas y potentes, con una gran capacidad de procesamiento de datos científicos y gráficos.
Resaltando de entre la avalancha de nuevas imágenes, se encuentra la mayor sorpresa en la era espacial: la evidencia de corrientes eléctricas y campos magnéticos generalizados por todo el universo, interconectándose y animando lo que antaño parecían ser áreas aisladas en el espacio. Sus intrincados detalles revelan que no se trata de algo aleatorio, sino que manifiestan el único comportamiento posible de las cargas eléctricas en un plasma bajo la influencia de campos eléctricos.
Todo ello nos demuestra claramente la complejidad de los campos magnéticos y la radiación electromagnética asociada. Podemos ver los efectos sobre la superficie del Sol, en el viento solar, en las estructuras de plasma alrededor de los planetas y sus lunas, en la exquisita estructura de las nebulosas, en los chorros (flujos) de alta energía de las galaxias y a lo largo y ancho del inconmensurable espacio entre galaxias.
Gracias a la tecnología del s.XX, los astrónomos del s.XXI se enfrentarán con posibilidades extraordinarias. La evidencia sugiere que las corrientes intergalácticas, originadas mucho más allá de los límites de las propias galaxias, afectan directamente a la evolución de estas. La radiación electromagnética y los finos filamentos observados en el plasma intergaláctico e interestelar no son otra cosa que la firma de las corrientes eléctricas. Incluso esta potencia que ilumina las estrellas constituyentes de las galaxias puede en efecto hallarse en las sinuosas corrientes eléctricas a través del espacio galáctico.
En la imagen adjunta vemos una Eyección de Masa Coronal (CME) emergiendo del Sol. Se puede observar también en este caso la forma de tirabuzón, típica de una corriente de Birkeland de gran intensidad. Las partículas cargadas son aceleradas y expulsadas bruscamente desde el Sol en flujos filamentosos, desafiando la inmensa gravedad solar. Los campos eléctricos aceleran las partículas cargadas y no existe ningún otro fenómeno conocido para la ciencia que pueda lograr el mismo efecto. Si el Sol es el centro de un campo eléctrico, ¿cuántos otros aspectos enigmáticos de este cuerpo encontrarán una explicación directa?
Durante mucho tiempo se pensó que solamente la gravedad podría actuar de manera efectiva en distancias cósmicas. Pero la astronomía avanza y van surgiendo nuevas perspectivas. Especialistas familiarizados con la física de la electricidad y el magnetismo han desarrollado nuevos enfoques para las fuerzas activas en el cosmos, de lo cual emergen conclusiones plausibles. La gravedad no está sola, sino que ambas, gravedad y electricidad, han formado y continúan formando el Universo tal y como lo conocemos.
BUENAS TARDES.
SEGÚN LO QUE COMENTAS, ENTONCES SI. EL MOTOR DE MICROONDAS.
PODRÍA FUNCIONAR. EN EL ESPACIO SIN NECESIDAD DE NADA MAS, QUE LA ELECTRICIDAD CREADA EN EL UNIVERSO.?
MUCHAS GRACIAS.
AFICIONADILLO.
Gracias por tu pregunta Gerardo. No puedo darte una respuesta segura, pero pienso que, a pesar de que las corrientes eléctricas en el Universo, a todas las escalas, son enormemente grandes, su densidad es muy baja como para poder aprovecharlas a una escala infinitesimal como es el motor de microondas de una nave espacial. Saludos !