El plasma luminiscente de las Pléyades


Plasma luminiscente en Las Pléyades
Cúmulo de Las Pléyades (M45) , «Las Siete Hermanas»

El cúmulo de las Pléyades (M45) contiene más de 1.000 estrellas, aunque solamente 14 son visibles a simple vista. Está inmerso en una nube de gas y polvo (plasma luminiscente), también llamada nebulosa y los astrónomos han llegado a un consenso respecto a su creación. Aseguran que se formó a partir de la evolución de miles de estrellas blanco-azuladas “hace millones de años”. La constelación fue ya conocida por nuestros antepasados, proviniendo su nombre de la mitología griega: las “Siete Hermanas” fueron las hijas del Titán Atlas.

Según consenso entre los astrónomos, las estrellas gigantes explotaron en un pasado remoto “comprimiendo el gas y el polvo” en regiones próximas, lo que provocó la formación de otras estrellas brillantes en un anillo de unos 3.000 años luz de diámetro denominado “Cinturón de Gould”. El halo de material ionizado incluye el Complejo Molecular de la Nube de Orión y la Nebulosa del Insecto, junto con las Pléyades y varios cúmulos de estrellas en la Constelación de Escorpio.

Los astrónomos se plantean que la razón para las formaciones con forma de tirabuzón en la nube que rodea a las Pléyades es que la luz de las estrellas “empujan” las partículas finas de polvo. Las pequeñas partículas experimentan una repulsión mayor que las de tamaño mayor, de modo que se piensa que se ordenan a sí mismas de acuerdo con su inercia.

Por otra parte, la formación de estrellas y nebulosas no es el resultado de una compresión, ondas de choque, coalescencia o ningún otro modelo gravitatorio. No existe un mecanismo adecuado en las teorías astronómicas actuales que pueda formar nebulosas y sus emisiones energéticas. Los astrofísicos no saben cómo las estrellas expulsan sus capas exteriores, causando de ese modo que las nubes de gas formen otras estrellas.

Evidencias de plasma eléctrico luminiscente en Las Pléyades

La razón por la cual no existe una explicación es que esa nebulosa no está compuesta por gas inerte, frío o caliente, sino por plasma eléctrico. Aproximadamente el 75% del medio interestelar (MIE) está compuesto por hidrógeno (atómico o molecular) y el 25% restante por helio. El MIE contiene parcialmente moléculas y átomos neutros, aunque una porción de él incluye partículas cargadas. Si parte de la nube de gas y polvo se ioniza, entonces la separación de carga se estructurará en regiones contiguas constituyendo así plasma eléctrico en forma de dobles capas.

Cuando el plasma se mueve a través de una nube de polvo y gas, aparece un campo eléctrico y un flujo de carga eléctrica. Cuando la electricidad circula por una sustancia , forma campos magnéticos que tienden a alinearse y a estrechar la corriente (pinzamiento). En un Universo eléctrico, el plasma y los campos magnéticos forman estrellas eléctricas a través de gigantescas corrientes que alimentan a la galaxia. Éstas impiden que el plasma se disperse y lo mantienen dentro de helicoides de años luz de tamaño. Cuando la densidad de carga eléctrica dentro de esos filamentos es lo bastante alta, ese genera plasma luminiscente y “pinza” en plasmoides que podrían generar estrellas.

Corrientes eléctricas a todas las escalas
Semejanza entre una Bola de plasma y la Nebulosa NGC6751

Cuando el estrés eléctrico es bajo y la nube de plasma también posee algo de polvo, sólo las estrellas en una nebulosa “brillan” en modo de “descarga de arco”. Donde el estrés eléctrico es mayor, como en las Pléyades, también pueden brillar filamentos, jets y el gas que los rodea. Por supuesto, nubes de polvo pueden reflejar la luz desde estrellas cercanas. Los filamentos de las Pléyades y el comportamiento como celdas, son característicos del plasma en los experimentos de laboratorio.

[Fuente consultada: “Seven Sisters” ]


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