Evidencias recopiladas por todo el mundo nos dicen que, en tiempos remotos, la Humanidad fue testigo de un extraordinario fenómeno eléctrico, provocado por una excepcionalmente alta radiación solar. Éste fue el motivo e inspiración colectiva de nuestros antepasados para dejarlo registrado en forma de petroglifos (figuras grabadas en la piedra) y pictogramas (figuras dibujadas en la piedra, asociadas con sus correspondientes petroglifos).
El estudio más importante sobre estos petroglifos y su relación con dramáticos eventos de plasma eléctrico sobre la Tierra, fue realizado por Anthony Peratt, notable físico norteamericano nacido el 26 de febrero de 1940 en Belleville, Kansas, EEUU. En el siguiente enlace puedes descargar el extenso, serio y meticuloso trabajo de Peratt junto con un gran número de colaboradores: IEEE Transactions on Plasma Science, VOL.35, No.4, Agosto 2007 “Characteristics for the Occurrence of a High-Current Z-Pinch Aurora as Recorded in Antiquity Part II: Directionality and Source”, publicado por el IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers).
El estudio se basó en la búsqueda y recopilación de decenas de miles de petroglifos y pictogramas por todo el mundo, con una antigüedad (comprobada) de hasta unos 7.500 años (comienzos del Neolítico).
Todo quedó registrado
Especialmente convincente es un petroglifo denominado «stickman» (hombrecillo hecho con trazos). (Las ilustraciones mostradas en este artículo comparan una bien documentada forma de descarga eléctrica de plasma en laboratorio con figuras muy semejantes, grabadas en petroglifos repartidos por todo el mundo.
Los patrones recurrentes en los petroglifos son reproducciones de fenómenos de plasma eléctrico en el espacio. Debido a su desconocimiento acerca de este tipo de extraordinarios fenómenos eléctricos celestes, la mayor parte de las autoridades en materia de arte en petroglifos, particularmente aquellos interesados en la cultura de los nativos americanos, argumentan que sólamente las imágenes del Sol, la Luna y las estrellas reflejan fenómenos celestes reales. Aparte de tales asociaciones, la mayoría de las autoridades proclaman que los patrones globales no existen. Más bien nos aseguran que los antiguos artistas proyectaron en la piedra el contenido subjetivo producido por trances chamánicos. No conocen otra posible explicación.
La investigación de Peratt proclama lo opuesto, que los patrones fundamentales en los petroglifos tienen lugar globalmente a través de trabajos masivos, algunos aparentemente a lo largo de varias vidas. Los artistas que grabaron la roca, observaron fenómenos de descarga eléctrica sobre sus cabezas.
La configuración del «stickman» ocurre cuando un disco o donut (toroide) de plasma, en torno a una columna de descarga lineal, es confinada por campos magnéticos inducidos por un flujo muy intenso de corriente.
Pero ¿Qué es lo que vieron en los cielos?
Desde el punto de vista del observador, los bordes del disco superior parecen apuntar hacia arriba, cuando se ve la formación de plasma de frente, formando unos brazos. De la misma manera, los bordes del disco inferior parecen formar una piernas. Este patrón, con sutiles variaciones, no sólamente ocurre por todo el mundo, sino que se trata de unas de las formaciones fundamentales que aparecen en las descargas eléctricas de alta energía en el laboratorio.
Para apreciar la evolución de la configuración de descarga, los siguientes gráficos debe ser visualizados en 3D. Las ilustraciones muestran la estructura de una descarga de plasma translúcida, cuya configuración 3D no se aprecia cuando queda cincelada en una roca. Es clave considerar, por lo tanto, que cuando rotamos la figura alrededor de su eje vertical, no cambiaría la forma básica o apariencia para el observador, ya que la formación es translúcida. La siguiente ilustración sería una buena aproximación a lo que el observador vería en la realidad en el cielo.
La idealización de la geometría dinámica muestra ligeras variantes entre las componentes superior e inferior, consistentes con variantes comunes en el laboratorio y en los petroglifos. La forma superior, a modo de «copa de champán», se produce a partir de la distorsión de un disco cuando su borde se curva hacia arriba. En la deformación del disco inferior, la «copa» inferior se interrumpe en los extremos, que se vuelven a curvar ligeramente hacia arriba para crear una forma de campana achatada.
Las imágenes de los petroglifos que se han identificado en estas descripciones son todas ellas características de una intensa descarga eléctrica en el laboratorio. En el caso de las «manos», la representación gráfica de la descarga genera dos puntos o círculos simétricos, que corresponden a un donut (toroide) visto de perfil. Pero deben ser tomadas en cuenta otros muchos matices de tales configuraciones de descarga eléctrica, puesto que la deformación o torsión de las extremidades superior e inferior de esta configuración con forma de «reloj de arena» pueden ocurrir en muchas variantes.
Si las conclusiones de Peratt son correctas, hace varios miles de años los cielos nocturnos de nuestro planeta se volvieron brillantes con la actividad eléctrica. Todo lo que se deriva de esta posibilidad afectará directamente a nuestra comprensión de las raíces culturales de nuestro mundo.
¿Cuál fue el impacto de los acontecimientos registrados por nuestros ancestros? ¿Cuál fue la relación con los orígenes de la mitología, con el nacimiento de las antiguas civilizaciones o con los enormes esfuerzos en las asombrosas construcciones antiguas?. Los artistas de las rocas grabaron sus petroglifos y los precursores de mitos interpretaron los acontecimientos eléctricos en el cielo, cuando las secuencias de descarga de plasma evolucionaban a través de fases concretas, algunas de belleza celestial y otras intensamente violentas y aterradoras.
La cuestión más esencial se refiere a la conexión entre los, aparentemente, diferentes temas representados en los petroglifos. Por ejemplo ¿cuál fue la relación entre el pictograma de Kayenta (Arizona), previamente estudiado, y la imagen global del «stickman«? ¿Por qué la forma de Kayenta se ha registrado por todo el mundo más ampliamente que el arquetipo del «stickman«?
De acuerdo a Peratt, existe una buena razón para ello. El pictograma de Kayenta representa un momento crítico, justo antes de un colapso de esa forma más compleja hacia la forma más simple del «stickman«. La radiación de sincrotrón que sigue a esa transición debería haber sido mortal, provocando que fuese casi imposible que los humanos testigos de este hecho pudieran grabar en la roca estando en el exterior. Esto significa que la relación entre ambas formas, nunca antes mencionado en los estudios sobre los petroglifos, es crucial para la comprensión de ambos temas globales.
Conclusión ¿Volverá a ocurrir?
Lo que aquí ha quedado descrito es un evento eléctrico dramático, colosal y amenazador, que con casi total seguridad ocurrió de manera global en toda la Tierra hace mucho tiempo, quizás unos 7.500 años atrás y provocado sin duda por una poderosísima erupción solar que alcanzó de lleno a nuestro planeta y duró varios años. Te recomiendo ver también otro post muy relacionado con éste: «Anthony Peratt. Petroglifos con implicaciones universales«, que publiqué en 2016.
Mucho se ha hablado en los últimos años sobre la probabilidad de que nos alcance una gran erupción solar y también de los dramáticos efectos sobre nuestra sociedad tecnológica. Sin duda serían totalmente desastrosos. Erupciones solares se producen muchas, si bien son pocas las de semejante magnitud (debería pertenecer a la clase X9, la más potente dentro de la categoría de radiación X). Realmente poco probable, pero posible. Otro tema es que, existiendo, dé la casualidad de que justo esté orientada hacia la Tierra, por lo que la probabilidad aún disminuye más. Pero sigue siendo posible. En el post «La peor tormenta solar de la historia. Evento Carrington 1859«, podrás encontrar más interesantes datos. La que se describe en este post fue mucho, muchísimo más potente que la de 1859.
No podemos establecer ninguna periodicidad a este tipo de eventos catastróficos de plasma, lo que en los últimos tiempos es denominado «EMPCOE» (ElectroMagnetic Plasma ChangeOver Event), o lo que es lo mismo, «Evento de transición de plasma electromagnético», con evidentes connotaciones apocalípticas, algo que últimamente está muy de moda. Pero, seamos objetivos, realmente sí podría llegar a ocurrir. Debo dejar bien claro que el hecho de que una violenta y poderosa tormenta solar golpee a la Tierra no debe considerarse como algo «conspiranoico», ni siquiera como ciencia ficción. No debe tomarse a broma. Nuestro planeta ha vivido siempre, y seguirá viviendo, bajo esa gran amenaza.
En estos momentos, 22 de febrero de 2019, el Sol acaba de comenzar una etapa que se prevé va a constituir un mínimo histórico de actividad solar. Nos encontramos justo entre el ciclo 25 y el ciclo 26. Debería comenzar pronto el ciclo solar 26 pero las previsiones anuncian que se va a retrasar o, peor todavía, quizás tarde algunos años en comenzar. Las manchas solares brillan por ausencia. El 67% de lo que va de año (35 días) el Sol ha estado totalmente limpio de manchas solares. Mientras esta situación se mantenga, es muy poco probable que se origine una erupción solar. Pero repito, no es imposible. Los agujeros de masa coronal (un fenómeno normal y habitual) siguen produciéndose. A través de ellos es como se genera casi todo el viento solar que llega con frecuencia a la Tierra y es el que produce las auroras polares en este período.
Finalmente diré que, en mi opinión, la Tierra algún día volverá a ser azotada por un evento eléctrico de plasma similar al descrito aquí. Sólo es cuestión de tiempo. Desafortunadamente no podemos saber cuándo será pero nuestra civilización deberá estar preparada para ello. Lo normal es que el flujo de plasma proceda del Sol. En ese caso, una vez detectado, sólamente tenemos unas cuantas horas para esperar el comienzo de una etapa planetaria. Una tormenta solar tan extraordinaria como la que se describe aquí, no sólamente destruirá toda nuestra tecnología eléctrica. La Tierra podría ser barrida también por una radiación mortal para el ser humano. Al menos, la parte positiva será el imponente y maravilloso (para algunos, aterrador) espectáculo celeste.
[ Fuente consultada y adaptación por Universolectrico.info: Thunderbolts.info ]