Al igual que la línea de alta tensión, nuestra Tierra produce zumbidos y chasquidos, que responden a sobrecargas de potencia en las corrientes eléctricas espaciales, en su entorno cercano. Quizás las descargas más obvias son las auroras polares, que tantas veces hemos visto en vídeos e imágenes, o en persona los más afortunados.
Los complejos patrones que siguen las corrientes eléctricas y los campos magnéticos que rodean la Tierra responden a un proceso de ajuste de las cargas eléctricas de nuestro planeta con respecto al potente campo eléctrico del Sol. Estos fenómenos eléctricos constituyeron una auténtica sorpresa cuando se descubrieron por satélites artificiales lanzados por científicos astrónomos que esperaban encontrar una Tierra aislada del resto del universo por un vacío uniforme. En lugar de eso, hallaron un espacio cercano a la Tierra eléctricamente vivo, con gran actividad energética.
Existen otros fenómenos eléctricos producidos por la Tierra, de los que nadie habla pues siempre hemos vivido con ellos, de manera que creemos saber su origen. Muchos fenómenos meteorológicos tienen su origen en procesos eléctricos. Siempre hemos hablado de la naturaleza eléctrica de los rayos y ahora estamos comenzando a darnos cuenta de que podemos pensar que también los tornados y los huracanes son también fenómenos con origen eléctrico. Pero otros eventos meteorológicos menos espectaculares, como los remolinos de polvo o las trombas de agua, también tiene un origen eléctrico. Igualmente podemos decirlo de fenómenos a gran escala, como las corrientes de aire intercontinentales o el fenómeno de El Niño.
Los terremotos pueden ser inducidos inyectando corrientes eléctricas hacia el interior de la Tierra. Los temblores naturales usualmente van acompañados o precedidos de resplandores eléctricos denominados «luces de terremoto» e incluso también de radiofrecuencia estática.
Las fuertes erupciones volcánicas van a menudo acompañadas de mucha actividad eléctrica en forma de rayos. Nadie ha muerto en la última década por los flujos de lava o por el impacto de piedras y proyectiles lanzados por la erupción, pero tres personas perdieron la vida al ser alcanzados por rayos generados durante la erupción.
Todas las ciencias de la Tierra podrían beneficiarse si se plantearan la siguiente cuestión: ¿Cómo afectaría a nuestra disciplina científica el descubrimiento de un entorno terrestre inesperadamente eléctrico?
Muchos conceptos han sido pasados por alto debido a que, hasta hace unas pocas décadas, nadie sospechó que la Tierra es realmente un cuerpo eléctrico moviéndose a través de un plasma eléctrico.