La historia de la Ciencia, en particular las ciencias físicas, como la Física y la Astrofísica, pueden ser consideradas como la comprensión gradual de que existe una coherencia a gran escala en el Universo. Al hablar de coherencia a gran escala, me estoy refiriendo a que algunas de las leyes físicas se manifiestan a escalas tan dispares como el átomo y la galaxia, e incluso el Universo, entendido como un todo. En cierto sentido, el Universo habla un lenguaje y los científicos somos sus intérpretes, traduciéndolo en términos que los humanos podemos comprender. Sin embargo, ahí nos encontramos con un gran obstáculo: el lenguaje. Cuando intentamos describir con palabras una Realidad que tenemos delante, seguro que nos quedamos cortos, muy cortos.
Las palabras no son sino etiquetas. Nuestra mente funciona con ciertas reglas preestablecidas y no podemos ir más allá. Y nuestro lenguaje limita mucho más la Realidad. Por ejemplo, los físicos basamos muchas de nuestras teorías en la Ley de conservación de la energía. La energía siempre se transforma pero nunca se crea o se destruye. Lo mismo podemos decir de la Fuerza Eléctrica.