Más argumentos que avalan el modelo de Universo Eléctrico.
Miremos donde miremos (Marte, La Tierra, la Luna, cometas…), encontramos vestigios de cicatrices eléctricas: surcos, cráteres. Miremos a la superficie de casi cualquier planeta de nuestro Sistema Solar. Son las cicatrices de las descargas eléctricas. Todo esto lo vamos a mostrar en estas páginas.
Y un curioso dato: Se ha establecido como axioma inalterable que la Luna está plagada de cráteres originados por meteoritos. Bien, ¿pero alguien se ha parado a pensar que todos los cráteres son redondos? Eso significaría que todos los meteoritos se han acercardo a la Luna y han caído en su superficie perpendicularmente a ella. ¿Cuál es la probabilidad de que esto ocurra? evidentemente ínfima. Existen algunos cráteres oblicuos, pero en una proporción despreciable; al contrario de lo que por lógica cabría esperar.
Los cráteres podrían ser perfectamente de origen eléctrico, como se puede reproducir a pequeña escala en el laboratorio. Las descargas eléctricas siempre siguen una dirección perpendicular a la superficie.
A continuación, una pequeña muestra de cicatrices creadas por efecto de las descargas eléctricas por todo nuestro Sistema Solar, incluida la Tierra.
La imagen siguiente no muestra el surco de una riada o de la rotura de una tubería. Muestra el efecto del impacto de un rayo en Baker, Florida, en 1949. El rayo rasgó el terreno 13 metros durante un partido de béisbol, matando a 3 jugadores e hiriendo a otros 50 (National Geographic, Junio 1950).
La imagen siguiente corresponde al Gran Cañón del Colorado. Siempre nos han explicado que fue creado por el agua que, en su camino, en vez de rodearla, tuvo que subir a lo alto de una meseta para empezar a socavar la tierra. Un poco extraño ¿verdad? Tampoco se ha encontrado en ninguna parte el depósito sedimentario correspondiente a la enorme cantidad de tierra que el cauce del agua ha tenido que arrancar y arrastrar. Más información en la página «El Gran Cañón del Colorado, eléctrico»