Para mucha gente, poner en duda a Albert Einstein es poco menos que una blasfemia. ¿Quién soy yo para cuestionar al legendario genio del S.XX? Einstein ha sido considerado como un genio científico y no se cuestiona su contribución a la Ciencia pero (y este es un gran «pero»), incluso los genios pueden equivocarse. El mismo Albert, supuestamente, sintió que su trabajo no sería recordado a través de los anales del tiempo. ¿Realmente se autocuestionó o simplemente intentó ser humilde? Nunca lo sabremos. Posiblemente, si él hubiese tenido acceso a toda la información de que disponemos en la actualidad, podría haber cambiado su mente en lo que respecta a la gravedad. De acuerdo a la correspondencia que mantuvo con Immanuel Velikovsky justo antes de su muerte, estuvo planeando algunos experimentos para probar precisamente las ideas de Velikovsky en lo concerniente a un Universo dominado por la electricidad.
El problema de la gravedad
El problema que tenemos con la gravedad Einsteniana no se halla en las matemáticas sino en la interpretación de las matemáticas. La Física trata aquello que es físico y si algo no es físico es propenso a ser metafísico, y para la mayoría, las dos cosas no pueden coincidir entre sí ni pueden moverse entre sus respectivas realidades.
Dicho de otra manera, el espacio es una localización en tres dimensiones, x, y, z, o altura más longitud y, siendo así, se trata de un concepto sin fisicalidad. El Tiempo, y esto es polémico, es simplemente un cambio y no es algo dimensional. ¿Puedes apuntar en la dirección del tiempo? A excepción de los tres vectores x, y, z, no podemos movernos hacia adelante ni hacia atrás a través del tiempo, ni podemos remedir el tiempo.
Ambos, espacio y tiempo, son conceptos no físicos que Einstein cosificó como «tejido espacio-tiempo» que puede reaccionar ante la materia (masa) pero no tiene signatura bariónica. Esto se parece mucho al éter propuesto por Maxwell, Steinmetz, Hertz, Tesla, Lorentz y muchos de los filósofos eléctricos del s.XIX, debido a las propiedades pseudo ondulatorias del espectro electromagnético. Se dice que Einstein, en una lectura en Alemania, admitió reemplazar el éter por su tejido espacio-temporal. Deberíamos también tener en cuenta que las ecuaciones de Lorentz que Einstein utilizó fueron deducidas originariamente para explicar el éter.
Parte de la razón por la que parece ser que Einstein tomó su camino sobre la gravedad fue el nulo resultado del experimento de Michelson-Morley que intentó medir el éter. Muchos han interpretado este nulo resultado como una refutación del éter, aunque la verdad es que ese nulo resultado realmente dice que una hipótesis ni está probada ni está refutada.
No hubo ningún resultado significativo que pudiera ser interpretado de cualquier manera. Otra de las razones por las que Einstein tomó ese camino fue que en ese momento se creía erróneamente que el espacio es un vacío y, como tal, no existe nada excepto la materia (planetas, asteroides, cometas, etc…) que son observados empíricamente. Hoy sabemos que el espacio está vivo con el electromagnetismo, rayos cósmicos, viento solar, plasma eléctrico, etc…
El universo eléctrico
A menudo habrás escuchado decir a los físicos que existe electricidad en el espacio exterior pero que está neutralizada debido a que las diferentes cargas eléctricas están casi equilibradas. Hay dos cosas erróneas en esta suposición. La primera es que el potencial eléctrico está determinado por un desequilibrio en la carga y si está «casi equilibrado» entonces ese desequilibrio produce un potencial eléctrico, por minúsculo que éste sea. El otro problema con esto es que podríamos decir que tenemos un equilibrio de carga entre las celdas de una batería, pero si conectásemos un conductor entre estas cargas opuestas, obtendríamos una corriente eléctrica.
Podrías decir que en el espacio no existe ningún conductor eléctrico, ¡pero sí existe! El plasma eléctrico constituye el 99,6% de la materia en el universo visible y es altamente eficaz como conductor con una resistencia eléctrica virtualmente nula. Descubierta por el físico norteamericano Irving Langmuir, premiado con el Nobel en 1932, la llamó así debido a su semejanza con el plasma sanguíneo en lo que respecta a su capacidad de generar celdas («células»). El físico sueco Hannes Alvén, premiado con el Nobel en 1970, demostró que el plasma puede configurarse en lo que denominó «doble capa» que esencialmente actúa como un condensador, permitiendo que la carga se almacene. En una conferencia de física en 1982, Hannes Alvén propuso a la Física del Plasma como un nuevo paradigma astrofísico y cosmológico más allá del modelo gravitatorio.
El modelo establecido por consenso se trata de un viejo modelo centenario basado en las reacciones termonucleares en su núcleo. Existe una buena cantidad de dudas y agujeros (no «negros») en este modelo termonuclear pero no es el objeto de este artículo. Basta con decir que los datos, recogidos a lo largo de los años, no avalan dicho modelo, siendo necesario introducir correcciones sobre la marcha.
El Sol irradia su viento solar como «la falda de una bailarina», tal como describió Hannes Alfvén. Se trata de la corriente heliosférica, que transporta una intensidad de corriente de unos 3 mil millones de amperios (3 x 109 A). Muchos cosmólogos y agencias espaciales nos informan sobre el descubrimiento de filamentos magnéticos que conectan el Sol con la Tierra o incluso a Júpiter con sus lunas. Todas las menciones a filamentos magnéticos indican que existe una corriente eléctrica, puesto que sin una dinamo rotatoria no habría campo magnético. Es importante que mencione al físico noruego Kristian Birkeland, candidato al Nobel en siete ocasiones, quien propuso por primera vez la presencia de corriente eléctrica en el espacio exterior, pero quien fue ridiculizado inicialmente por la ciencia oficial de su época, primeros años del S.XX. Tuvieron que pasar varias décadas para que sus estudios fueran reconocidos. En la actualidad, esas corientes eléctricas en el espacio se denominan «corrientes de Birkeland«.
El hecho de que la mayoría de los cosmólogos no vean la importancia del fenómeno eléctrico es porque les ha enseñado a creer cualquier cosa. Merece la pena recordar la cita de Max Planck en relación a las nuevas verdades científicas que necesitan viejos científicos y sus convicciones para desvanecerse. Pero esta no es una nueva verdad científica, sino una vieja verdad que fue ocultada y que ahora de nuevo sale a la luz.
[ Fuente consultada: Could it be that Albert Einstein was wrong? ]