La peor tormenta solar de la historia. Evento Carrington 1859


Manchas solares de Carrington

 

Manchas solares que Carrington dibujó el 1 de septiembre de 1859

 

El 1 de septiembre de 1859 el astrónomo británico Richard Carrington presenció algo extraordinario: entre las habituales manchas solares que su telescopio proyectó sobre una hoja de papel, varias manchas blanquecinas de luz comenzaron a crecer y dispersarse en el espacio en cuestión de 5 minutos. Su boceto constituyó el más temprano registro de un destello solar en la historia, un extraño destello solar de «luz blanca».

Auroras en el Mediterráneo y en el Caribe

Una increíble tormenta solar de partículas cargadas muy energéticas fueron expulsadas del Sol en dirección a la atmósfera de la Tierra. Un día más tarde se pudieron observar auroras de brillantes colores rojo, verde y azul en latitudes tan al sur como Cuba, Roma o Hawaii, cuando normalmente son visibles sólamente en las regiones polares. Este extraordinario espectáculo fue cubierto por la prensa en numerosos medios. Asombrosamente, se podía leer de noche bajo el brillante resplandor de estas auroras. Durante dos días se mantuvieron la tormenta electromagnética y el espectáculo de luz en el cielo. Después se fue desvaneciendo.

CME de mucha potencia. 4 enero 2002
Si esta potentísima CME, producida el 4 de enero de 2002, hubiese estado orientada hacia la Tierra, sus efectos hubieran sido catastróficos sobre nuestra tecnología. Fuente: NASA/ESA/SOHO

 

Caos tecnológico

Se originó un gran caos tecnológico en gran parte del hemisferio norte. Líneas de cable telegráfico y centrales eléctricas y de comunicaciones de la época se cortocircuitaron súbitamente en Europa y los EEUU, produciendo también incendios en muchas de las instalaciones. Papeles chamuscados en máquinas de telégrafo, operadores aturdidos por descargas eléctricas, desconcierto y mucho trabajos de emergencia incluso horas después de haber desconectado los equipos de las baterías de las que se alimentaban. Se dio el caso falsas alarmas de fuego pues los servicios contra incendios incluso acudían por error lugares donde los resplandores de las auroras eran confundidos con resplandores de incendios.

El campo magnético de la Tierra protege normalmente la superficie del planeta de la mayor parte de las tormentas solares. En 1859, estas defensas estratégicas naturales fueron totalmente traspasadas. A lo largo de las dos últimas décadas, tormentas solares similares, aunque no tan potentes, han irrumpido en nuestro planeta (mayo 1877, 18 noviembre 1882, noviembre 1903, marzo 1940, 13 marzo 1989, noviembre 2003, septiembre 2005 y 7 junio 2011), permitiendo a los científicos percibir lo que eventualmente puede volver a suceder.

CME masivo. Noviembre 2002
CME masiva, noviembre 2000. Varias Tierras caben dentro de esos lazos de plasma eléctrico a altísimas temperaturas. Un auténtico infierno. Fuente: NASA

 

La tormenta geomagnética perfecta

Los modernos telescopios que orbitan la Tierra a muchos kilómetros por encima de nuestra atmósfera han podido capturar imágenes asombrosas de manchas y destellos solares. Los científicos han descubierto que además de luz, rayos-X y rayos gamma, algunos destellos solares masivos pueden expulsar también enormes flujos de plasma eléctrico, parte de atmósfera solar más externa, que viajará por el espacio hasta alcanzar la Tierra uno o dos días después. A pesar de lo que pueda parecer, el mayor peligro de estas CMEs (Eyecciones de Masa Coronal) no es el calor, sino el electromagnetismo: las partículas eléctricas del plasma transportan una carga equivalente a la de un rayo.



VÍDEO: El 5 de marzo de 2012 se produjo este potente destello solar de clase X1 (rayos-X) que produjo una enorme CME que, afortunadamente, no estaba orientada hacía la Tierra

Las mayores CMEs son los bastante potentes como para amenazar seriamente el campo eléctrico de la Tierra, que normalmente desvía las partículas cargadas hacia los polos magnéticos produciendo las auroras. Las corrientes de entrada agitan los átomos de la alta atmósfera como ocurre en un tubo de neón, originando su iluminación. Dependiendo si esos atómos son de oxígeno, nitrógeno, etc… las auroras serán rojas, verdes, etc…

La mayoría de las veces, las CMEs masivas se pierden, desvanecen o simplemente pasan rozan la Tierra. En pocas ocasiones, si el campo magnético de la Tierra y la CME entrante están alineados, se pueden producir anomalías eléctricas y magnéticas que pueden alcanzar la superficie del planeta, como si fuese una línea eléctrica de alta tensión cayendo al suelo.

La previsión no es de color de rosa

Destello solar de magnitud X9.3
Potentísimo destello solar de clase X9.3 (rayos X) producido el 6 de septiembre de 2017. Fuente: NASA

 

La tormenta solar de 1859 ha sido con diferencia la más potente, hasta tres veces más fuerte que la que se afectó y dejó sin energía eléctrica a toda una provincia de Canadá en marzo de 1989. Expertos aseguran que si ocurriera hoy -y puede hacerlo- el desastre tecnológico sería dramático.

Si tal tormenta solar ocurriese hoy, podría originar inicialmente daños por valor de 1 millón de millones (1.000.000.000.000) de dólares, cortando las comunicaciones en la Tierra e impulsando el caos entre la población y los gobiernos, en un escenario que requeriría hasta 10 años para volver a la normalidad, de acuerdo a un informe que publicó la Academia Nacional de Ciencias de EEUU. Como comparación, el huracán Katrina produjo daños por un valor entre 80.000 y 125.000 millones de dólares.

La buena noticia es que los astrónomos saben con lo que están tratando y tienen la capacidad de predecir y anunciar las tormentas solares con la ayuda de sondas espaciales que vigilan el Sol. Las tormentas se originan a partir de ciertas manchas solares muy activas magnéticamente. Una vez que se produce una erupción solar (CME) en dirección a nuestro planeta, una onda inicial de radiación golpea la Tierra en minutos. Las peores erupciones desencadenan flujos de partículas cargadas que se expanden a gran velocidad, llegando a la superficie de la Tierra entre 18 y 36 horas. Podemos tener predicciones relativamente precisas tanto de la hora de llegada como de tu potencia.

Espectacular aurora boreal
Espectacular y multicolor aurora boreal

 

La actividad solar es determinante

Las previsiones y anuncios de tormentas solares fuertes que comporten un riesgo permitirán a las redes eléctricas y a las más importantes centrales actuar en consecuencia para protegerse. Por su parte, los satélites, que de otra forma quedaría inutilizables, podrán entrar temporalmente en «modo dormido».

La gran tormenta de 1859 nos ha servido para ser muy conscientes del peligro y riesgo a que estamos expuestos y ha marcado el inicio de la era de la previsión de tormentas solares.

La actividad del Sol se basa en ciclos de 11 años aproximadamente. En la actualidad (2018) estamos comenzando un gran mínimo entre los ciclos solares 24 y 25. Las observaciones y estudios realizados hasta la fecha nos indican que este mínimo va a ser especialmente duradero, lo que conllevará efectos sobre el clima de la Tierra, en la forma de períodos de intenso frío a nivel global.

Respecto a la previsión general de tormentas solares, al no producirse apenas manchas solares, también habrá menos tormentas solares, pero no hay que bajar la guardia. Aunque pocas, también se producirán algunas tormentas solares y, quién sabe si alguna de ellas será especialmente fuerte.

Es poco probable pero seguirá ocurriendo

Objetivamente es poco probable que una gran tormenta solar golpee la Tierra. Pero es posible, como ya se ha visto. Se tienen que dar tres circunstancias simultáneas para que una gran tormenta solar llegue a nuestro planeta:

  1. Que se produzca un destello solar, y su correspondiente CME (Expulsión de Masa Coronal), en una mancha solar. No siempre hay manchas solares. Además, no todas las manchas solares son activas.
  2. Que la CME producida sea extraordinariamente fuerte, con lo cual se genere una gran tormenta solar.
  3. Que en ese momento la CME esté orientada hacia nuestro planeta. No es fácil pero obviamente puede ocurrir. EL Sol es una esfera. Con frecuencia se producen CMEs pero la mayoría están orientadas en otras direcciones.

Los fenómenos extremos como el «Evento Carrington 1859» (Gran Tormenta Solar de 1859) tiene una probabilidad entre 1 a 100 años de que se produzca, similar a la probabilidad de que una tormenta del nivel de Katrina azote New Orleans. Y New Orleans no construyó defensas para evitar ese desastre de tanta magnitud.


VÍDEO: El fenómeno eléctrico de las auroras son el espectáculo visual más asombroso del planeta. Este time lapse deja sin respiración. Las imágenes fueron grabadas en Noruega. Fuente: National Geographic

[Fuentes consultadas:
«150 Years Ago: The Worst Solar Storm Ever», por Robert Roy Britt, september 1, 2009
«If the Massive Solar Flare of 1859 (the «Carrington Flare») Happened Today»]


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