Durante más de 10 años, los físicos del plasma también aplican el modelo eléctrico en las galaxias que, por cierto, funciona con física del mundo real, no imaginario. Este modelo es capaz de incluir con éxito la dinámica y morfología de las galaxias observadas, sin tener que recurrir a la materia oscura invisible o a los agujeros negros centrales. Explica de manera simple los potentes jets (expulsiones de chorro) eléctricos expulsados a lo largo del eje de rotación desde el núcleo de las galaxias activas. Resultados recientes, a partir del análisis del campo magnético de una galaxia espiral, confirman el modelo eléctrico.
Por otra parte, los cosmólogos no pueden explicar por qué las galaxias espirales son tan comunes y solamente tienen explicaciones ad-hoc para los campos magnéticos galácticos.
Más recientemente se han descubierto campos magnéticos intergalácticos, lo cual ha sido la última gota que ha colmado el vaso. Se han tenido que inventar modelos gravitacionales increíbles con “agujeros negros”, como un intento desesperado de explicar cómo la fuerza de atracción de la gravedad puede eyectar materia en un haz a velocidades relativistas.
¿Por qué aceptamos como un hecho tal ciencia ficción cuando el nuevo Modelo de Universo Eléctrico predice para las galaxias las formas de espiral, los campos magnéticos y los jets? Los campos magnéticos cósmicos simplemente delinean las corrientes eléctricas que crean, mueven e iluminan las galaxias.
Los físicos del plasma argumentan que las estrellas se formaron mediante el efecto electromagnético “de pinzamiento” (ver Z-pinch) sobre amplias extensiones de polvo y gas. Dicho efecto es originado por fuerzas magnéticas entre los filamentos paralelos de corriente eléctrica que forman parte de las colosales corrientes eléctricas que fluyen dentro de una galaxia. Esto es mucho más efectivo que la gravedad en lo que respecta a concentrar materia y, a diferencia de la gravedad, puede eliminar el exceso de momento angular que tiende a evitar el colapso de la masa. Las estrellas se forman como perlas en un collar de cuentas hasta que la gravedad se encarga del resto.
Ralph Juergens, un ingeniero de Arizona (USA), dio en los años 70 un paso más allá y sugirió que la consideración eléctrica no se queda ahí, asegurando que las estrellas no son máquinas termonucleares. Esto es algo obvio cuando el Sol se observa desde la perspectiva de descargas eléctricas en un plasma. Las corrientes galácticas que han creado a las estrellas continúan alimentándolas. Las estrellas se comportan como electrodos en un entorno de plasma eléctrico galáctico. Las estrellas que brillan como nuestro Sol son enormes y activas esferas de plasma en estado luminiscente.
La materia dentro de las estrellas está cargada positivamente, puesto que los electrones migran (escapan) hacia la superficie. Las fuerzas electrostáticas resultantes impiden que la estrella colapse gravitacionalmente y, por medio de la fisión eléctrica, pueden “dar a luz” ocasionalmente a estrellas compañeras y a planetas gigantes. Destellos repentinos o una emisión “nova” serían la consecuencia visual de este tipo de eventos. Esto explica por qué las estrellas forman habitualmente sistemas binarios y por qué la mayoría de los planetas gigantes detectados orbitan cerca de su estrella.
Mi impresión, fundada, es que la teoría de la evolución estelar y la edad de las estrellas en una elaborada ficción. La apariencia de una estrella está determinada por su entorno eléctrico y puede cambiar súbitamente. La física del plasma y los ingenieros eléctricos son los más idóneos para reconocer los fenómenos que acontecen en el plasma eléctrico. La física de las estrellas se encuentra, peligrosamente, en manos equivocadas.
[ Fuente consultada: Thunderbolts.info ]
