Nuevos y recientes estudios realizados sobre los datos iniciales de la misión Rosetta han evidenciado que el Cometa 67P / Churyumov-Gerasimenko posee su propia aurora. Examinemos dicha evidencia y veamos cómo puede realmente, y una vez más, corroborar la existencia de actividad eléctrica en los cometas.
La misión Rosetta, de la ESA, fue la primera que logró que una sonda espacial llegara a un cometa y que pudiera aterrizar en él. Todo un éxito. La sonda llegó a su objetivo en agosto de 2014. Entró en órbita alrededor del cometa y el 12 de noviembre de 2014 se logró que su módulo de aterrizaje Philae se posara en la superficie. La misión finalizó el 30 de septiembre de 2016. La Rosetta llevó a cabo su última maniobra iniciando su trayecto para colisionar sobre el cometa desde una altitud de 19 km. Todas las imágenes que proporcionó la misión echaron por tierra la idea clásica de que los cometas no son sino “bolas sucias de nieve”. Mostraron claramente que se asemejan más a un asteroide de superficie rocosa.